| La leyenda dice que Roldán (que debía tener una gran afición a ir tirando piedras por allí donde andaba) Estaba en el Santuario de San Miguel y con muy mala baba decidió tirar un piedro al pueblo de Madotz, pero no debía ser muy hábil el muchacho porque se le enredó el brazo en el manto con lo que el piedro no llegó a su destino (afortunadamente para los habitantes de Madotz) yendo a parar a mitad de camino y quedando clavada en donde se encuentra en la actualidad. Otra versión dice que lo que quería destrozar era el Santuario de San Miguel, con lo que el lanzamiento era en sentido inverso, pero el resultado es el mismo, lanzamiento errado y piedro clavado en medio de un prado. La realidad es que es un menhir de sección triangular de unos 4000 años de antigüedad, mide unos 3 metros pero solo asoma alrededor de metro y medio, permaneciendo el resto enterrado  |
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